A mi Flahs, mi querido y añorado gato naranja.
El icónico Garfield, Heathcliff , Isidoro en España, el gato con botas de Shrek, Thomas O’Malley en Los Aristogatos, Bob, el gato callejero que junto con su humano James ha protagonizado nada menos que dos libros y una película…. Cuando pensamos en un gato, sea un afortunado minino al calor de un hogar o sea un hermoso ejemplar que se nos cruza por las calles de los pueblos, suele venirnos a la cabeza la imagen de un espectacular gato naranja, grande y majestuoso. Posiblemente se deba a que los gatos naranjas poseen, aparte de una innegable belleza, fama de gatos bonachones, parlanchines y sociables. Pero ¿Qué hay de cierto es esa fama? ¿responden los gatos naranjas a “nuestras expectativas”? Vamos a ver un poquito más en profundidad cómo y por qué son como son.
¿Por qué son naranjas?
Los gatos naranjas no forman en sí mismos una raza. Como sucede con las gatas carey, pueden pertenecer a cualquier raza o maravillosas mezclas de varias. Según los especialistas, las razas con un porcentaje mayor del color naranja son el scottish fold, el bobtail americano, o el devon rex, y, como no, el europeo que alegra la mayoría de nuestros hogares. Por eso podemos encontrar gatos naranjas tanto de pelo corto como de pelo largo.
Para saber porque un gato es de color naranja tenemos que tener claras dos ideas generales:
1.- El color de absolutamente todos los gatos, depende de dos pigmentos. El rojo-amarilllo (feomelanina) y el negro-marrón (eumelanina). Por lo que el color naranja no es más que una forma diferente del pigmento color rojo.
2.- El color de los gatos se hereda a través del cromosoma X, ya que el cromosoma Y es el relacionado con el sexo del individuo y no da información sobre su color. Recordemos que las hembras poseen cromosomas XX y los machos XY.

Por lo tanto, el color naranja, como todos, está ligado al cromosoma X. El pigmento naranja no es dominante por lo que para que una hembra sea naranja es necesario que los dos cromosomas X sean portadores del color naranja lo cual es algo más complejo, mientras que en los machos solamente es necesario que lo porte el único cromosoma X que posee. Es por ello que el 80% de los gatos naranjas son machos.
Tipos de manto de los gatos naranjas
El color naranja de los gatos puede presentarse en diferentes tonos, desde un ligero tono beige a un naranja oscuro y brillante.
Los gatos naranjas tienen, sin excepción, el patrón tabby, que otorga sus características rayas en el pelaje. Sin embargo, este patrón puede variar, pudiéndose encontrar diferencias en su manto:
Atigrado: Es el patrón más frecuente. Los gatos atigrados tendrán su cuerpo surcado de líneas.
Marmoleado: Las manchas del gato formarán remolinos a los costados del animal
Moteado: El gato naranja manchado tendrá su cuerpo cubierto de manchas más oscuras que el color de fondo.



Sus rasgos característicos:
Aparte de su llamativo color, los gatos naranjas comparten una serie de características en su físico.
Una de las más comunes es su gran tamaño, algo que está directamente relacionado con su supervivencia y reproducción, como veremos más adelante. Su gran envergadura hace que tiendan a sobrepasarse en su peso, por lo que será interesante cuidar la alimentación de estos gatos para que con el tiempo no se desarrollen problemas de salud.
Los ojos de los gatos naranjas se mueven entre el verde, el dorado y el cobre. En raras ocasiones encontraremos ojos color azul en gatos totalmente naranjas, aunque sí pueden verse en gatos blancos y naranjas.

A partir de los dos años de edad se pueden desarrollar los llamados lentigos. Se trata de la aparición de pecas o manchas oscuras en la piel de la cara del gato. Estas características pecas ser desarrollarán en nariz, boca e incluso en los ojos.
Como todos los gatos atigrados, los gatos naranjas cuentan en su frente con la característica M.
Aparte del sobrepeso, los problemas en la piel y las enfermedades de corazón suelen estar presentes en un elevado porcentaje de los gatos naranjas. Aunque no tienen por qué sufrirlos, no está de más prestar especial atención a estos dos aspectos de su salud en sus chequeos veterinarios periódicos.
Su personalidad
¿Cómo son los gatos naranjas? El veterinario jefe de la Humane Society de San Diego, Gary Weitzman realizó unas declaraciones a Nattional Goegraphic en 2019, en ellas afirmaba que el carácter de los gatos sí estaba relacionado con su color. Algo también demostrado en el estudio del genetista Neil Todd, del Centro de Investigación sobre Genética de Carnívoros de Massachussets, que trataba sobre el color de los gatos. Por lo tanto, podemos decir que estos maravillosos ejemplares tienden a ser sociables, parlanchines y extrovertidos, aunque también son algo dominantes y competitivos en los juegos y búsqueda de alimento. Su personalidad activa y juguetona los convierte en unos grandes compañeros de vida, sobre todo en familias con niños con los que poder interactuar, ya que poseen una grandiosa capacidad de adaptación a situaciones diferentes.

Es necesario recordar la importancia de una correcta socialización de los gatos naranjas en los primeros meses de vida. Su carácter y su potencia física obliga a los humanos a enseñar a controlar sus juegos y su fuerza en las relaciones con ellos. Una mala experiencia o una incorrecta actuación en su etapa de aprendizaje puede convertir a nuestro gran compañero en un ser tímido, distante y testarudo. Pero si, por el contrario, nuestro gato recibe la atención necesaria en su sociabilización podremos disfrutar de la compañía de un titán pelirrojo que hará las delicias de cualquier persona con sus ocurrencias, juegos y mimos.
Lo que la ciencia dice de los gatos naranjas.
La bióloga francesa Dominique Ponter lideró una serie de estudios en los que se examinó la variante del gen naranja en las diferentes poblaciones de gatos de Francia, tanto en un entorno urbano como en el mundo rural. Dichos estudios revelaron que los gatos naranjas son realmente diferentes a los gatos con otro tipo de manto. Dicho estudio se realizó analizando 30 poblaciones de gatos en Francia y recogiendo datos de cada población. Aproximadamente de analizaron entre 56 a 491gatos en cada núcleo, dependiendo del tamaño de los mismos.

En primer lugar, se descubrió que nuestros gatos naranjas son más rurales que urbanos. El estudio dictaminó que la frecuencia del gato naranja es más alta en el mundo rural, aunque estos se encuentran más dispersos en el campo que en las ciudades. En entornos más rurales la densidad de población era de entre 140 y 230 ejemplares por km2, frente al mundo urbano, cuya densidad ascendía a 1300 individuos por km2..
El mismo estudio también nos reveló comportamientos diferentes dependiendo del entorno donde se encuentren viviendo:
En las zonas rurales los gatos naranjas disfrutan de un status social elevado debido a su forma de ser dominante, sus excelentes capacidades físicas y a su gran tamaño, lo que se traduce en una mayor facilidad a la hora de reproducirse. Teniendo en cuenta que en ambientes rurales los gatos machos tienden a reproducirse con varias hembras y que las hembras solamente se reproducen con un solo macho, nos encontramos con que nuestros gatos naranjas tienen muchas posibilidades de ser el padre de un gran número de camadas que heredarán las características genéticas de su progenitor. Lo que nos lleva a la conclusión anterior, que en el mundo rural hay un gran número de gatos naranjas

Sin embargo, el comportamiento reproductivo de las ciudades es diferente. En ambientes urbanos tanto machos como hembras se reproducen con varios ejemplares del sexo opuesto.
Este comportamiento más igualitario hace que todos los machos, independientemente de su color, puedan reproducirse con cuantas hembras encuentren y las generaciones posteriores cuenten con ejemplares más variados, ya que dependerá de la competencia del esperma más que de la competencia física. Por otro lado, la forma de ser intrépida del gato naranja hace que se exponga a más situaciones de riesgo en la ciudad, lo que aumenta su mortalidad.
Curiosidades y leyendas sobre los gatos naranjas
A estas alturas ya tenemos claro que los gatos naranjas tienen una forma de ser única y especial. Su carácter sociable y su innegable belleza física hace que sea el gato preferido de muchas personas y culturas.
La cultura egipcia, conocida por su adoración a los gatos, otorgaba un status especial al gato naranja ya que se creía que estos gatos, con sus especiales capacidades de caza, protegían a los faraones de los ataques de serpientes y otros pequeños animales.
En Estados Unidos tienen un día nacional dedicado a los gatos naranjas que se celebra el 1 de septiembre.
En la cultura japonesa se cree que tener un gato naranja en casa atrae a la fortuna y a la buena suerte.
En las naciones anglosajonas, Escocia y Reino Unido, tener un gato naranja protege a los hogares de los ladrones y de los malos espíritus.

Winston Chuchill es uno de los personajes históricos que se sintieron atraídos por la grandiosidad de estos gatos, de hecho, disfrutó durante años de la compañía de Jock, su gato naranja.
Cuando el ex primer ministro del Reino Unido falleció en 1965 su casa fue entregada al estado con una condición indispensable. En la casa siempre debería vivir un gato naranja con el mismo nombre, Jock, requisito que se ha venido cumpliendo desde el principio.
En la ciudad de Talketnaa, Alaska, se eligió en 1998 a un gato naranja llamado Stubbs como alcalde, cargo en el que permaneció hasta su muerte en 2017, con la nada desdeñable edad de 19 años. Durante ese tiempo Stubbs no solo fue el alcalde de la localidad, sino que “regentaba” la Nagley’s General Store, establecimiento en el que se encargaba de la “supervisión” de las chuches de la tienda
Existe una leyenda sobre la relación de los gatos naranjas y los piratas, lo cual es hasta cierto punto es normal, ya que la personalidad aventurera de un pirata se adapta perfectamente a la forma de ser de los gatos naranjas.

Cuenta esta leyenda que los barcos piratas llevaban siempre a bordo un gato naranja. Los consideraban protectores del navío debido a que les otorgaban una conexión especial con el mar y a que podían ver más allá. Los consideraban capaces de predecir el clima y advertir a los piratas de futuras tormentas, lo que los convertía en protectores de las naves al colaborar activamente en la supervivencia de las mismas frente a las turbulencias marinas. Por otra parte, su instinto cazador reducía considerablemente el número de roedores que campaban a sus anchas entre las provisiones del barco. Todo ello convertía al gato naranja en un pasajero indispensable para el buen viaje del barco y la supervivencia de sus pasajeros. Hoy en día podemos encontrar canciones e historias donde ver esta estrecha relación entre los gatos naranjas y los piratas.
Existe otra pequeña leyenda mucho menos reconocida que nos cuenta como un hermoso gato naranja observaba a diario nacer el día desde lo alto de una colina. En uno de esos amaneceres, Eos, la diosa griega de la aurora, prendada de la belleza del felino le habló y a partir de ese momento otorgó a todos los gatos naranjas la capacidad de llevar luz y calor a los lugares donde vivan.

No podemos negarlo, cuanto más conocemos a los gatos naranjas más los admiramos y los deseamos a nuestro lado. Es un verdadero placer convivir junto a uno de estos animales tan encantadores, cariñosos y juguetones. Sus ocurrencias, travesuras y aventuras diarias garantizan una vida poco aburrida y llena de momentos inolvidables.
